Nada Grave

Retrato de Ángel González por Juan Olalla

Hoy, me he vuelto a reencontrar con él, con el ángel de la poesía, mi maestro literario. El poemario póstumo de Ángel González titulado "Nada Grave", que el poeta nunca intentó publicar, ha sido editado por Visor en la colección "Palabra de Honor". He expiado el último adiós del poeta en veintisiete impecables poemas repletos de luces y sombras como si de un cuadro gótico se tratara. Pesimismo, ironía, humanidad y sentido del humor son los calificativos que han acompañado a Ángel González hasta su último día en el que dialoga con total naturalidad con él mismo reflejando la nada. ¡Gracias por hacernos sentir vivos!

La entrada a una librería siempre es enigmática porque nunca sabes qué nueva adquisión te robará el corazón, y esta mañana ha sido una grata sorpresa encontrarme en una estantería escondido este ejemplar de coleccionista editado por Luis García Montero y Jesús García Sánchez. Prosa rítmica encubierta por una capa de gran maestría y de un pesimismo enajenador. A sus 82 años cumplió incansable el deber de mamífero viril y como expresa literalmente en su libro, prefiere cerrar los ojos para mirarse por dentro.

Ángel, el humano, descansa.
Ángel, el poeta, nunca morirá porque sus lectores seguiremos fieles, leyéndolo.

CAÍDA

Y me vuelvo a caer desde mí mismo
al vacío,
a la nada.
¡Qué pirueta!
¿Desciendo o vuelo?
No lo sé.
Recibo
el golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño,
mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿dónde está?
Me duele sólo el alma.
Nada grave.